LA INMIGRACIÓN EN ESPAÑA: JUEGOS OLÍMPICOS Y EUROCOPA (Artículo de Opinión)

Muchos reportes subrayan que el crecimiento de España está íntimamente ligado a la inmigración. Este fenómeno ha sido un motor de cambio en las ciudades y pueblos del país durante años, transformando tanto el paisaje urbano como la estructura social.

Según los datos más recientes del Instituto Nacional de Estadística, la población española ha alcanzado los 48,8 millones de personas. De este total, 8,7 millones, es decir, el 17%, son ciudadanos nacidos en otros países. España supera en proporción de población extranjera a países como Francia, Italia o Grecia. Además, uno de cada cuatro niños nacidos en España tiene al menos uno de sus padres de origen extranjero. Estos nuevos ciudadanos, como se destaca en un artículo de El País titulado “La España más diversa: uno de cada cuatro menores de edad tiene un padre extranjero”, constituyen un grupo que los expertos están observando con especial atención, ya que su impacto en el futuro de España será significativo.

Pese a la evidencia del papel crucial que juega la inmigración en España, ciertos discursos populistas y xenófobos, especialmente en el marco de las elecciones autonómicas en Euskadi, Galicia, Cataluña, y las recientes elecciones europeas – todas desarrolladas durante el año en curso -, han intentado vincular la inmigración con la delincuencia y la supuesta pérdida de la identidad cultural europea. Estos mensajes alarmistas no hacen más que alimentar los discursos de odio, que siguen en aumento año tras año, contra las personas inmigrantes.

La contribución de los inmigrantes a la economía española es notable. Según la Encuesta de Población Activa, cuatro de cada diez nuevos empleos creados en el primer semestre del año fueron ocupados por personas de origen extranjero. Sin embargo, a pesar de su contribución, los inmigrantes continúan enfrentándose a una desigualdad salarial en comparación con los trabajadores nacidos en España.

En medio de este contexto, el deporte ha emergido como un canal poderoso para modificar la percepción sobre la inmigración en el país. La Eurocopa, por ejemplo, con la representación de jugadores como Lamine Jamal y Nico Williams, resalta la importancia de la diversidad en el ámbito deportivo. Sin embargo, como señala Armando Buika en su artículo de opinión para El País titulado “España también es negra”, la diversidad aún no se refleja plenamente en muchos sectores de la sociedad española, y la representación de personas negras en puestos de liderazgo y en los medios sigue siendo limitada.

A pesar de estos avances, la semana pasada se produjo un nuevo episodio de rechazo hacia los inmigrantes en Europa, impulsado por grupos de ultraderecha y desinformación. Un ejemplo reciente fue el estallido de protestas antiinmigración en el Reino Unido, donde se difundió falsamente que el asesinato de tres niñas en julio fue cometido por un “inmigrante ilegal”. Este tipo de noticias falsas, tal y como las define la Real Academia Española, solo sirven para alimentar el odio y la división.

Por otro lado, los Juegos Olímpicos, que finalizaron el 11 de agosto, demostraron una vez más el valor de los inmigrantes y sus descendientes. Muchos atletas de raíces inmigrantes no solo participaron, sino que también se destacaron en sus disciplinas. Un caso inspirador es el de Ayoub Ghadfa, nacido en Marbella y de origen marroquí, quien ganó una medalla de plata en boxeo. A través del deporte, Ghadfa no solo encontró un refugio, sino también una vía para superar el acoso y el racismo que sufrió en su infancia.

Es crucial que los legisladores en Europa reconozcan y valoren el aporte de la inmigración, implementando mecanismos que faciliten la integración rápida y efectiva de los inmigrantes. Desde AESCO ONG, hacemos un llamado al gobierno central y a las comunidades autónomas en España para reducir la burocracia en los trámites de sanidad, extranjería, empadronamiento, y reconocimiento de cualificaciones profesionales. Solo así podremos garantizar que los inmigrantes puedan desarrollar una vida digna y contribuir plenamente a la sociedad española.

 

Andrés Gaviria

Presidente de AESCO ONG